Cuando alguien fallece y su espíritu por diversas razones no hace la transición al otro lado, puede quedar atrapado entre los vivos. En un intento de preservarse, el espíritu puede optar por extraer energía de una persona viva al adherirse a su cuerpo o campo energético. Este fenómeno se conoce como posesión espiritual. Aunque a menudo se malinterpreta, la posesión espiritual es más común de lo que nos damos cuenta.
En la mayoría de los casos, el espíritu no es consciente de las desafortunadas consecuencias que trae consigo a la persona viva. Resolver la posesión espiritual requiere abordar tanto al humano como al espíritu con una medida igual de amor, comprensión y compasión.
La posesión espiritual puede ocurrirle a cualquiera, en cualquier lugar, independientemente de creencias religiosas, trayectorias profesionales o estatus social. Nuestros clientes, provenientes de diversos ámbitos y rincones del mundo, comparten algo en común: llevan consigo un peso de infelicidad, una sensación de estar perdidos y una falta de esperanza para el futuro.
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Al principio, justo después de que un espíritu posee a una persona, a menudo se siente inseguro. Se encuentra en una nueva realidad y no está seguro de cuánto control permitirá la persona que tenga. Es por eso que los síntomas de la posesión espiritual pueden ser inicialmente muy sutiles.
El cuerpo físico puede resistir la presencia del espíritu, respondiendo con dolor de estómago, vómitos o debilidad. Con el tiempo, el cuerpo físico se acostumbra a la entidad extranjera (el espíritu), y la entidad extranjera se adapta al nuevo cuerpo. Es entonces cuando comienzan a manifestarse los trastornos emocionales.
Una persona que hasta ahora ha estado funcionando normalmente y manejando la vida de manera efectiva de repente comienza a sufrir de depresión, ataques de pánico, pensamientos intrusivos, fobias, trastornos del sueño, agresión, cambios de humor, enfermedades mentales, problemas de concentración o memoria. Podrían comenzar a recurrir a sustancias, aislarse o discutir constantemente con sus seres queridos. Una persona que experimenta la posesión espiritual a menudo se siente crónicamente cansada y puede sufrir constantemente problemas estomacales o dolores de cabeza. Ni los métodos convencionales ni los no convencionales pueden aliviarlos permanentemente del inmenso sufrimiento en el que se encuentran.
Por supuesto, no todos estos síntomas ocurrirán de una vez. Puede ser solo uno o dos, pero es suficiente para convertir la vida de una persona en una pesadilla.
Steven no creía en los exorcismos, pero le permitió a la Dra. Wanda Pratnicka implicarse en ahuyentar el espíritu de su amigo. El dolor se fue y él dejó de sentir miedo.
Spirituality and Health, Nationwide, EEUU.
La Dra. Wanda Pratnicka es una terapeuta especialmente dotada que tiene la habilidad de ver si te han poseído los espíritus. Ella también tiene la capacidad de expulsar al espíritu en cuestión.
Common Ground, San Francisco
Todos mis clientes eran infelices de forma similar, estaban perdidos y desprovistos de esperanza en el futuro. Muchas veces me insistían que yo era su última esperanza, y que ellos lo habían intentado literalmente todo.
Natural Awakenings, New York
Fue simplemente mágico no solo conocer a la Dra. Wanda Pratnicka en persona, sino también entrevistarla. Fue algo más allá de lo increíble. Ella ha ayudado a decenas de miles de personas por todo el mundo que han sufrido trastornos mentales y enfermedades físicas que se consideraban incurables.
SF Yoga Magazine, San Francisco