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El universo


En esta página encontrarás fragmentos del libro de Wanda Pratnicka "La rueda de la vida, volúmen 1": 

 

El Universo es la suma de todo lo visible e invisible, y ocupa toda la infinitud del espacio. Se trata de un gran todo que se compone de un número infinito de partes diferentes. El Universo es el segundo nombre de Dios, porque cualquier cosa que digamos de Él la podemos aplicar también al Universo, en concreto al Gran Universo, puesto que éste se compone de un número infinito de Universos. El objetivo del Universo es también el objetivo del Universo Definitivo. Dios se definió a sí mismo como «Yo Soy el que Soy y fuera de mí no hay otro». El Universo es el Absoluto, lo es TODO. Es la suma de toda clase de vida, de toda substancia, de toda inteligencia, de todo poder. En él está incluida toda clase de conocimiento, ya que es omnisciente, al igual que la suma de todo poder, ya que es omnipotente. Es también la suma de toda substancia, ya que todas las cosas han brotado de Él. Es el amor infinito, ya que está integrado en un solo sistema y funciona como una unidad independiente, como un UNO indivisible. El amor es la Base principal que conecta aquel aglutinante básico que mantiene al universo unido y a todas sus acciones en perfecta armonía.

La esencia humana es parte del todo que llamamos Universo; por eso también, querido lector, el Universo es el escenario en el que se pueden realizar tus deseos más ocultos. Sin embargo, tan sólo se realizaran los sueños que seas capaz de imaginar, y no las que no eres capaz de visualizar. Como ves, se trata de un sistema dinámico, un sistema que está constantemente haciendo milagros. Aquello que seas capaz de imaginar será lo que obtengas del Universo. Así que reflexiona sobre lo que te proporcionará el Universo, cuando imagines constantemente que no te saldrá a la primera, que pincharás sin tener rueda de repuesto, que perderás el trabajo a causa de la actual crisis. ¿Ves el matiz, ese anzuelo, por el que tantas personas se dejan atrapar? El Universo está construido para reaccionar a nuestra conciencia, pero te devuelve el mismo nivel de conciencia que le aportas. Se constatas que eres pobre, entonces esa consciencia hará que lo seas todavía más. Si constatas que eres rico, entonces aumentará tu riqueza. A eso precisamente se refiere este pasaje de la Biblia: «Porque al que tiene, le será dado; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado». Como puedes ver, tus propios patrones mentales atraen hacia ti las circunstancias y experiencias que constituyen un magnífico reflejo de lo que piensas día a día, y de las emociones que vinculas a ello. 

En todas partes se bombardea a la gente con malas noticias. Enciendes el televisor, ves cualquier cosa, un diario, una película o dibujos animados para niños: en todas partes verás violencia, derramamiento de sangre, ausencia de cualquier tipo de respeto por la vida. Solamente te enteras de cuánto han robado, violado, estafado. ¿Qué crees, querido lector, qué tipo de vida llevan las personas que se nutren sólo con ese alimento espiritual unas cuantas horas al día? ¿Acaso están contentos y felices? ¿Y qué sociedad nos crecerá de los niños que también lo contemplan, y viven lo que oyen y ven con mucha más intensidad que los adultos?

Por eso hay tantas personas en el mundo que no se entienden a sí mismas. Cuanto más se esfuerzan, más trabajan, más se dedican, en vez de sentirse cada vez mejor, se sienten cada vez peor y peor. Trabajan y trabajan, incluso en varios turnos al día, y en vez de tener cada vez más dinero, tienen cada vez menos. Van por la vida cada vez más cansados y desganados. Se paran a pensar qué es lo que les va mal, ya que pese al esfuerzo volcado, no salen del atolladero, sino que caen en él cada vez más. ¿Entiendes ahora, querido lector, las consecuencias de esto? Pues que reciben cada vez más de aquello sobre lo que piensan continuamente a diario. Por supuesto que pueden cambiar su situación, incluso sin hacer un esfuerzo adicional: sólo tendrían que cambiar su forma de pensar, y acto seguido vendrían las emociones. Me doy cuenta de que mis palabras por sí solas no son capaces de enseñarte nada. El verdadero conocimiento únicamente puede emerger de las experiencias vitales. Sin embargo, la unión de mis palabras con tu práctica puede dar beneficios racionales. Recuérdalo una y otra vez: aquello sobre lo que diriges tu atención, sobre lo que piensas, en lo que crees o lo que esperas, querido lector, se materializará en tu vida.

Cuando el hombre fue a parar a la tierra por primera vez recordaba con tanta fuerza Quién Era Realmente, que en su diccionario no había ni siquiera una palabra negativa. Vivía en Dios y con Dios. 

No podría ser de otra manera, no en vano el Origen, Dios, el Universo, la Inteligencia Suprema, la Fuerza Suprema o comoquiera que llames a esta Fuerza Superior, Fue, Es y Será siempre. No ha cambiado nada, tan sólo la forma humana de observar ha experimentado un cambio (la percepción). Te enterarás de cómo llegó a suceder en el capítulo sobre la civilización perdida.