Spirituality & Health, EEUU, a escala nacional, enero - febrero de 2015
Steven creía que la gente estaba loca cuando les oía hablar de espíritus. Y sin embargo, él aprendió a palos que los espíritus pueden convertir la vida de alguien en una pesadilla.
Steven siempre había sido feliz, adorado por las mujeres y rodeado de amigos. Nadie tenía ni idea de que algo ocurría en la vida de este hombre. Por un lado era Steven, una persona feliz; pero por otro, era una criatura deprimida, triste y furiosa. Ya no disfrutaba de la vida y comenzaba a aislarse. Carecía de fuerzas. Se sentía como si "el otro" Steven estuviese succionándole la vida que albergaba dentro.
Steven vio a un psicoterapeuta y luego, a un psiquiatra. Le recetaron antidepresivos, pero se seguía sintiendo miserable. Los pensamientos suicidas le consumían, e iban en aumento.
La posesión a cargo de un espíritu cambia la sensibilidad y la personalidad de la persona. Causa un trastorno de personalidad múltiple, así como una incapacidad mental ostensible. Es algo que se pone de manifiesto de muchas formas: desde simples cambios de humor y conflictos mentales hasta todo tipo de neurosis, demencia, histeria, epilepsia, depresión, cleptomanía, idiocia, una paranoia religiosa o suicida, amnesia, desviaciones sexuales, crueldad y demás. Los espíritus malévolos intentan dañar la salud de la persona, sus sentimientos y sus negocios. Ellos le arrebatan la alegría de vivir y la reemplazan con el deseo de acabar con la propia vida.
Por si eso no fuese suficiente, Steven había comenzado a experimentar dolores de cabeza atroces. Ni siquiera los calmantes le ayudaban. En su trabajo le solicitaron que se hiciese un TAC. "Señor, usted tiene un tumor cerebral", dijeron los médicos después de revisar los resultados de la tomografía. "La única opción es la cirugía. Aunque puede no tener éxito, porque el tumor está situado en un lugar prácticamente inoperable".
Steven recurrió a Internet para encontrar otra solución, y se topó con la página web de Wanda Prątnicka, una exorcista polaca. Después de explicar lo que le había sucedido, recibió rápidamente la respuesta de manos de un asistente de Wanda: "Estimado Señor: La causa de su sufrimiento es el espíritu de su querido amigo que se suicidó". Pero Steven no creía en los espíritus. "Estamos en el siglo XXI y los espíritus son una especie de absurdo” --pensó.
Steven no creía en los exorcismos, pero le permitió a Wanda Prątnicka implicarse en expulsar al espíritu de su amigo. El dolor desapareció y él dejó de sentir miedo. "Empecé a sentirme tranquilo de inmediato", dice Steven. Con el corazón en un puño, fue a un neurólogo para repetir el TAC. Cuando el médico volvió con los resultados, le preguntó a Steven por su diagnóstico original. "He sido diagnosticado de un tumor cerebral inoperable", respondió Steven. "Está usted de broma, Señor", dijo el médico. "Los tumores cerebrales no desaparecen sin más, sin dejar rastro, pero aquí ya no se puede percibir ninguna huella. Simplemente, todo está bien".
Steven le contó al asistente de Wanda que su enfermedad había desaparecido de repente. El asistente no se sorprendió y le dijo: "Steven, no eres el primer cliente de Wanda que se ha curado. Cuando un espiritu se marcha, el sufrimiento también desaparece. Muchos clientes que sufrían de un cáncer u otras enfermedades terminales, para la sorpresa de los médicos, han recobrado su salud, así como las ganas de vivir".
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