¿Pueden los espíritus poseer a una persona después de las prácticas espirituales?

25 de octubre de 2023

Las prácticas espirituales pueden compararse con el fuego, en el sentido de que cuando se utilizan correctamente, pueden mantener nuestro hogar cálido y acogedor durante los meses de invierno, pero cuando se usan incorrectamente, pueden quemar nuestra casa hasta los cimientos. Por lo tanto, cualquier tipo de práctica espiritual debe abordarse con precaución. La repercusión más común de una práctica espiritual realizada incorrectamente o con malas intenciones es la posesión por espíritus.

Hace unos años, en una exposición espiritual en Nueva York, una mujer llamada Elizabeth se acercó a nosotros en busca de ayuda. Parecía deprimida y desesperanzada. Cuando le hicimos un chequeo, descubrimos que un número inusualmente grande de espíritus se habían adherido a ella. Esto suele ocurrir cuando alguien es un bebedor excesivo o un drogadicto, pero para nuestra sorpresa, ella no abusaba de ninguna de estas sustancias. Tras una larga conversación, llegamos a la conclusión de que su práctica de meditación matutina durante su trayecto en un tren lleno de gente la había expuesto al apego de los espíritus. Elizabeth entraba en un estado de meditación tan profundo que perdía el sentido del aquí y el ahora, lo que en última instancia creaba una abertura para que los espíritus entraran. Además, los lugares concurridos no son adecuados para la meditación, ya que los espíritus se sienten atraídos por las grandes reuniones de personas. Para estar seguro, uno debe meditar solo o en un grupo muy pequeño y ser siempre consciente de su presencia física.

Las prácticas diseñadas para acelerar el desarrollo espiritual o para obtener habilidades psíquicas son especialmente peligrosas cuando se trata del apego de los espíritus. Recibimos muchas solicitudes de ayuda de personas que asistieron a este tipo de talleres y comienzan a experimentar pensamientos intrusivos, ansiedad inexplicable, fatiga crónica y emociones negativas intensas. A menudo comienzan a escuchar voces que las presionan para hacer cosas destructivas e intentan persuadirlas de que están en contacto con seres iluminados como Jesús, Buda o el Espíritu Santo. Pero estos seres iluminados nunca causarían ningún tipo de daño o sufrimiento. Desafortunadamente, estas personas estaban en contacto con espíritus que poseían sus cuerpos. Los espíritus se dan cuenta de que cuando una persona tiene la falsa impresión de que está en contacto con un ser iluminado, seguirán controlando la relación. De esta manera, pueden utilizar el cuerpo de esa persona durante un largo período de tiempo. En algunos casos, las personas finalmente "despiertan" y se dan cuenta de con quién están realmente en contacto, un espíritu, pero solo después de que su vida se haya derrumbado.

Otras prácticas espirituales que podrían contribuir al apego de los espíritus son aquellas que implican abusar de sustancias que alteran temporalmente el estado de conciencia de una persona o proporcionan una experiencia fuera del cuerpo. Cuando una persona viaja fuera de su cuerpo físico, un espíritu puede aprovechar fácilmente la oportunidad y poseerla. Cuando una persona regresa a su cuerpo, comienza a sentir la presencia de otra entidad y no se siente a sí misma. Con el tiempo, muchas personas se vuelven adictas a las sustancias y a las experiencias extracorpóreas que proporcionan las drogas ilegales. Estas personas afirmarán que cada viaje les proporciona importantes percepciones espirituales, pero en realidad, estas percepciones provienen de planos muy bajos del mundo astral. Esta es también la razón por la que algunas de estas experiencias fuera del cuerpo pueden llegar a ser muy desagradables, y como resultado, la gente experimentará ataques de ansiedad, paranoia y muchas más emociones negativas. Los efectos a largo plazo son apegos espirituales que pueden causar psicosis o trastornos de la personalidad.

Las prácticas espirituales más peligrosas son aquellas que pretenden contactar directamente con los espíritus. Cuando una persona intenta contactar con espíritus, ya sea por sí misma o con la ayuda de un médium, suelen aparecer otros espíritus en su lugar, pero no el espíritu al que se estaba invocando, como un familiar fallecido o un amigo cercano. Los espíritus conocen los pensamientos y emociones de una persona, por lo que pueden manipular fácilmente a los vivos y hacerse pasar por otra persona. En estos casos, la posesión por espíritus ocurre rápidamente y es difícil de revertir posteriormente.

Por lo general, la mayoría de la gente cuida de su cuerpo físico. Probablemente lo pensarían dos veces antes de ingerir algo desconocido o de permitir que un médico les realice una operación sin saber por qué. Pero cuando se trata de su cuerpo espiritual, muchas personas lo abordan con indiferencia, a pesar de que el cuerpo espiritual es mucho más importante que el físico. El daño causado a un cuerpo físico solo durará una vida, pero el daño causado a un cuerpo espiritual podría tener consecuencias a lo largo de muchas encarnaciones.

En resumen, antes de comprometerse con cualquier actividad o práctica espiritual, recuerde explorar no solo los beneficios de dicha práctica, sino también los riesgos potenciales. Una vez que se comprometa, asegúrese de practicarla correctamente.