Fobias, obsesiones y miedos

Algunas personas sufren diversos tipos de fobias y obsesiones. En ocasiones, éstas les permiten seguir funcionando en mayor o menor medida, y pueden pasar inadvertidas para el entorno. En otras personas, estas fobias y obsesiones son fuertes y exigen supeditarse a ellas durante toda la vida: a veces no sólo la de uno mismo, sino también la de toda la familia. Hay casos en que la fobia es tan intensa, que arruina la vida. Casi todas las personas atormentadas por fobias consideran esta afección como algo con lo que tienen que convivir para siempre. Lo más frecuente es que ni siquiera se les pase por la cabeza que ésta puede tener relación con los espíritus y con la posesión. No tiene mayor importancia si se trata de un miedo al contagio, a las alturas o a los espacios abiertos o cerrados; o de una obsesión por lavarse las manos o las superficies, o por limpiar, revisar o corregir constantemente. Todas ellas actúan de forma similar. Los enfermos no se dan cuenta de que podrían vivir de otra manera hasta el momento en el que de repente la persona exorcizada puede hacer aquello que tanto había temido hasta entonces. El exorcizado, ya liberado, se comporta como un niño pequeño que repite sin cesar una conducta que hasta entonces había considerado como prohibida. Si tenía miedo a las alturas, ahora escala y trepa en cuanto tiene la ocasión. Si le daba miedo salir de su habitación, ahora no quiere estar en ella en absoluto; y otras cosas similares. (...)