En esta página encontrarás fragmentos del libro de Wanda Pratnicka "La rueda de la vida, volúmen 2":
¿Recuerdas cuando comparé el alma humana con el diamante más puro? En cada ser humano es posible encontrar esa preciosa joya. Imagina que eres un diamante. Tiene miles de facetas, pero muchas de ellas están cubiertas de polvo, suciedad y barro. ¿De dónde viene la suciedad? Se compone de tus creencias y una imagen distorsionada de ti mismo que ha surgido en esta encarnación y posiblemente en vidas anteriores. La tarea de la persona física y del alma es limpiar cada faceta para que su superficie perfecta pueda dejar pasar la luz que hay dentro de ti.
Algunas personas trabajan persistentemente sobre sí mismas y limpian muchas de sus facetas sucias. Se sienten bien y proyectan luz. Otros también lo han intentado, pero solo han logrado limpiar algunas. Quizás se rindieron o dudaron en el camino. Constantemente tropiezan con diferentes obstáculos porque apenas brillan, y es difícil caminar por la vida a oscuras. Otros no brillan en absoluto porque nunca han iniciado el proceso de cambiar creencias. La vida no les va bien, y caen bajo su peso. No importa lo gruesa que sea la capa de suciedad o de cuántas vidas provenga. Todo ser humano, incluso el más horrible, tiene en su corazón este precioso diamante libre de la más mínima imperfección. Cuando una persona a quien la gente considera mala toma las riendas de su vida y comienza a limpiar su interior, su diamante brillará nuevamente con la misma luz blanca y pura que al principio. ¿Y qué hay de sus malas acciones? Son solo experiencias, una exploración de lo que no es amor.
Todas las almas son poderosas, fuertes y mucho más complejas de lo que la mayoría de la gente imagina. La función principal del alma es cultivar la verdad sobre sí misma, es decir, recordar Quién Es Realmente, y no quedarse atrapada en ideas imaginarias, en falsas creencias sobre sí misma. Para que el alma entienda esta verdad, debe tener la voluntad de purificarse. Como sabes, querido lector, todo en el universo funciona mediante vibraciones. A medida que nos despojamos de las creencias erróneas, las vibraciones van aumentando y comenzamos a brillar cada vez más. Por tanto, cada alma debe construir en su existencia un programa de ascenso al nivel de vibraciones de la verdad, para recordar Quién Es Realmente. La verdad es que ya eres perfecto ahora, y no que algún día llegarás a ser perfecto, cuando reúnas las condiciones adecuadas. Atraes hacia ti aquello en lo que crees para luego proyectarlo hacia afuera. Al creer en Dios, la Verdad, la Luz, los Ángeles, atraes la conciencia de la existencia en Dios (porque vives en Dios), la Verdad, la Luz y los Ángeles.
Cuando recuerdas de nuevo Quién Eres Realmente, te conviertes en parte de un flujo de energía universal en el que la luz, la protección y la curación llegan a ti y fluyen a través de ti. Por otro lado, el desorden, la confusión, la negligencia con la que abordas tu propia vida y el rumbo que llevas te conducen a la tristeza, y esta, con el tiempo, produce sufrimiento. El alma, a través de un conocimiento irreflexivo o confuso, se aleja de la verdad sobre su existencia y sufre cada vez más. Y cuando un alma sufre, siquiera una, todos sufrimos, porque todos somos uno.