En esta página encontrarás fragmentos del libro de Wanda Pratnicka "La rueda de la vida, volúmen 1":
Querido lector: tienes en tus manos mi siguiente libro. Éste constituye un todo independiente y es a la vez la continuación y ampliación de mi libro anterior, Poseídos por los espíritus: Los exorcismos en el siglo XXI, que obtuvo un éxito descomunal pese a los pronósticos de todos los escépticos. Con ello no me refiero únicamente a que se convirtiera, tanto en Polonia como en muchos países del mundo, en un best seller poco después de su publicación; se trata ante todo de que el conocimiento que reunía influyó mucho para que mejorase la vida de aquéllos a los que denominamos vivos, así como de aquéllos a los que denominamos muertos. Si no has leído mi primer libro, te aconsejo firmemente que empieces justamente por él, no en vano muchas de las cuestiones que abordo en éste son una profundización de los fundamentos que presenté en aquél.
El libro anterior tenía como objetivo incrementar la consciencia de la gente, concienciarles de que aquello que coloquialmente denominamos muerte no es más que desprenderse del cuerpo como de la ropa usada, e indicar con numerosos ejemplos a lo que conduce la ausencia de este conocimiento fundamental. Que los espíritus de los difuntos existen es algo que cualquier nino sabe; sin embargo, yo quería mostrar lo trágicas que pueden ser las consecuencias de los vínculos entre el mundo astral y el mundo físico, especialmente cuando nos tomamos nuestra propia vida con ligereza.
Mi propósito se ha cumplido, ya que se ha iniciado a los lectores en temas que hasta el momento le resultaban desconocidos, lo que a su vez ha cambiado la vida no ya de cientos, sino de miles de familias. ?Significa esto que he descubierto algo nuevo? Por supuesto que no, este saber se conocía desde hace miles de anos, desde mucho antes de que Jesús viniera al mundo; pero los distintos avatares de la Iglesia, sobre todo la época de la Inquisición, lo borraron completamente de nuestra memoria. Simultáneamente nos metieron tanto miedo a la brujería, a la posesión, que actualmente no nos atrevemos siquiera a pensar ni a tomar en consideración que aquello que nos sucede pueda ser consecuencia de la acción de los espíritus. ?Por qué? Porque recordamos inconscientemente que, por la mera acusación de estar embrujado, poseído o, dicho de otro modo, bajo la influencia de Satán, se le quemaba a uno en la hoguera, se le ahogaba con una piedra al cuello, se le descoyuntaba en la rueda o se le condenaba a muchos otros tormentos.
Bastaba con que tan fatídico destino le tocase a alguien de nuestra familia, de nuestros seres queridos o de nuestros conocidos más distantes, y el miedo y la superstición hacían el resto. Ese miedo y esa superstición nos oprimen como una soga en la garganta hasta hoy mismo, y por eso preferimos inconscientemente descargar la responsabilidad de todas nuestras dolencias sobre otros agentes, con tal de no ser acusados de estar endemoniados. Ello afecta a todo el género humano, y no sólo a su parte seglar. Se habla de la Inquisición como si fuera la caza de brujas y así se simplifica todo el problema; en cambio, durante trescientos cincuenta anos todo el clero tenía igualmente prohibido practicar exorcismos, y a un cura o a una monja endemoniados les aguardaba el mismo destino, aunque no fuesen «brujas».
Hace unos ciento treinta anos el Papa León XIII restituyó el ritual de los exorcismos cuando él mismo cayó en poder de los espíritus. Evidentemente, no podía decirles la verdad a los sacerdotes –que lo había poseído el espíritu de un hombre que después de morir no había traspasado el «velo de la muerte»–, porque con ello habría dinamitado un dogma que se encuentra en los fundamentos de la Iglesia. Así pues, dijo que había sido poseído por Satán.
Mucha gente piensa, incluso actualmente, que Satán es un ser de una enorme fuerza de acción; en cambio, lo que la palabra «Satán» significa en sánscrito no es sino «limitación». Cuando Jesús dijo «vete Satanás», eso quería decir «!fuera limitación!».
Me atrevo a decir que, gracias a mi libro anterior Poseídos por los espíritus, se ha empezado a preparar a los curas para exorcistas; además, la gente que lo ha leído traspasa sin miedo el velo de la muerte después de morir…
De ahí que éste haya alcanzado un éxito inaudito, que rebasó mis expectativas más ambiciosas. !Gracias a Ti, Dios mío!
Muchos intelectuales consideran que creer en los espíritus son cuentos de la vieja; es mejor no volver a ello, ya que ahora ha llegado el tiempo de la ciencia, la cual seguro que puede hacer frente a ese «fenómeno». Sin embargo, comparten esa opinión, siempre y cuando no les afecte a ellos mismos o a alguien de su círculo de íntimos, y una vez descartados el resto de remedios curativos. Es entonces cuando piden ayuda y no dejan de extranarse de que ésta sea efectiva. «?Pero cómo? –dicen– ?mi difunta madre (abuela, padre, amigo, etc.) es la causa de que ahora esté sufriendo mi hijo? ?Pero cómo es posible, si era tan buena persona?»
Entonces viene un largo y arduo proceso de conocimiento de la realidad, no como nos parece ser, sino tal y como existe verdaderamente.
Con el presente libro, querido lector, quisiera mostrarte la Vida desde una perspectiva más amplia y guiarte por todas sus etapas. Gracias a este conocimiento las verás bajo otra luz y te liberarás de todas las apariencias, así como de la ilusión con la que confundías la vida hasta el momento. Todo ello lo sabes ya en los niveles más profundos de tu Ser; de ahí que mi papel se limite únicamente a recordarte aquello que ya sabes. Lo que estás leyendo en este libro es el tesoro más preciado para cualquiera de nosotros: de este conocimiento –o desconocimiento- básico sobre Quién Eres, cómo has venido a parar a este planeta, y qué influencia has tenido en todo ello, depende tanto la calidad de nuestra existencia diaria en la tierra, como la de después de abandonarla.
Si piensas que no has tenido ninguna influencia en haber llegado hasta aquí, entonces te sentirás preso y todo lo que hagas rezumará desgana, o lo sentirás como una pesada carga. Si en cambio has influido sobre ello, creo entonces que querrías enterarte de cómo, puesto que te proporciona un sentimiento de libertad y ligereza, y provoca un cambio diametral en tu andadura terrestre. El hecho de que este conocimiento o su ausencia ejercen una enorme influencia no sólo en tu vida terrena, sino en lo que será de ti después de la muerte física, es algo fundamental. De mis décadas de experiencia sobre la base de decenas de miles de casos de personas que se acudieron a mí para pedir ayuda, sé con total seguridad que ciertamente tenemos demasiado poca información de este tipo. Las consecuencias de ello suelen lamentarse.
No me refiero con ello a los casos límite que describí en mi anterior libro, Poseídos por los espíritus, sino a las personas que a decir verdad no han caído todavía en el extremo, pero cuya vida es igualmente muy penosa, ya sea el caso de una sola persona, de toda la familia o también de su entorno.
En las librerías tenemos miles de libros sobre los temas más variopintos. Nos ensenan cómo las mujeres jóvenes han de dar a luz, cómo educar a los hijos, qué escuela elegirles, cómo llevar la casa, qué deberíamos comer para llegar a los «tropecientos anos», qué ropa ponerse, etc. También tenemos muchos libros que hablan de la salvación del alma, pero hay pocos volúmenes que aborden temas que nos afecten a todos sin excepción, es decir, sobre la «muerte» y lo que nos sucede después. Escribo la «muerte» porque hasta este momento nos hemos acostumbrado a llamar de esta manera a lo que sucede con el difunto cuando su cuerpo ya no da senales de vida. Sin mencionar el hecho de que después de la denominada «muerte», aquel «difunto» está más activo en ese preciso instante de lo que había sido nunca. No quiero escribir sobre el cuerpo físico, del que después de morir nos despojamos como si fuera ropa usada, que ya no nos sirve para nada; sino sobre nosotros, sobre la persona propiamente dicha que sigue existiendo.
A los lectores que se hayan familiarizado con mi libro Poseído por los espíritus. Los exorcismos del siglo XXI, ya se han iniciado en parte con este tema. Actualmente quisiera hablar no tanto sobre los espíritus en general, sino sobre lo que sucede cuando somos nosotros o nuestros seres queridos los que nos convertimos en espíritus.
Por supuesto que al escribir este libro no intento convencer a nadie, ni tampoco apartarle de su religión. Todo lo contrario: intento, querido lector, explicártela descubriendo el significado profundo de tu existencia, del que quizás no serías consciente jamás. Quisiera ayudarte a comprender tu propia religión para que puedas vivir conforme a ella mejor que antes y, en muchos casos, recuperar la fe perdida, sólo que ahora a un nivel más elevado y con un horizonte más amplio.
No quiero, por supuesto, imponer a nadie el conocimiento que aquí se transmite, ya que cada uno de nosotros tiene derecho a elegir libremente su propio camino y conducta. Únicamente intento senalar un sendero sencillo y oportuno, que muchos han probado y que proporciona una satisfacción genuina. Lo que hagas con este conocimiento, querido lector, y si extraes de él alguna lección para ti mismo es decisión tuya. Que sea tu corazón el que te lo indique. Por supuesto que puedes no hacer nada y seguir en la ignorancia: no en vano ya lo venías haciendo desde hace tanto tiempo. Lo que decidas y hagas no supone una gran diferencia ni para Dios ni para el Universo. Sin embargo, un cambio efectuado sobre las bases aquí reunidas puede ser muy notable y de gran ayuda, tanto para ti mismo como para tu entorno.