Entender la vida

Cuando observemos la vida solamente desde un punto de vista, el material, no conseguiremos entenderla y nos parecerá que nada tiene sentido. Más aún, aflorará en nosotros el espejismo de que Dios es injusto.

Nos preguntamos cómo es que unos son hermosos, ricos, están sanos, tienen todo lo que un alma podría anhelar y viven en una especie de paraíso, mientas que a otros les falta de todo, literalmente. No tienen nada que echar al puchero, y a veces, ni siquiera tienen ni cocina ni puchero. A diario tienen que bregar con nuevas dificultades, enfermedades, desgracias, accidentes. O al revés: podemos preguntarnos por qué los guapos, sabios y ricos son, en ocasiones, tan sumamente infelices. Mientras que los demás, que carecen de todo aquello, son positivos, están llenos de amor y realizados. ¿Acaso no se deberíamos reflexionar acerca de si esto no puede ser consecuencia de cómo actuaron previamente? 

Desde la perspectiva de una vida, la que estamos precisamente experimentando, no somos capaces de entender a Dios, ni a nosotros mismos ni tampoco el sentido de la vida en su conjunto. Sin embargo, cuando contemplamos la vida desde una perspectiva más amplia (aquella que ejercito a diario), de repente, todo se aclara y se comprende, adquiere un significado completamente distinto. En él encontramos justicia y un sentido profundo, y no la hacemos más reproches a Dios. No en vano empezamos a entender que las condiciones en las que a determinadas personas les toca ahora vivir son consecuencia de los deseos de su alma, además de la siguiente lección que se les asigna para que aprendan, o bien el resultado de sus elecciones anteriores. Si actualmente estás destruyendo tu entorno, por ejemplo, cuando vuelvas a nacer te tocará vivir en él en algún momento. Eso es precisamente la justicia. A mucha gente no les llega el hecho de que sus nietos y bisnietos tendrán que vivir en unas condiciones lamentables (puede que no los tengan o que apenas les importen). Sin embargo, cuando se enteran de la verdad, que ellos mismos en algún momento vivirán en esa realidad, cambian de repente su comportamiento irresponsable.