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El choque con la muerte


En esta página encontrarás fragmentos del libro de Wanda Pratnicka 
"Conoce la Verdad y sé libre" 

Cuando muere alguien de nuestro entorno, normalmente nuestra propia muerte ocupa nuestros pensamientos subconscientes. Nos parece terrible, puesto que la tenemos miedo. Debemos ser conscientes de que somos nosotros los que le concedemos esa dimensión. Cada alma sabe perfectamente cuándo va a morir y de cuánto tiempo dispone aún hasta que acabe su misión. Nuestro miedo es completamente infundado. Hay que tomar conciencia de que, mientras le tengamos miedo a la muerte, viviremos solo a medias. En una vida así no habrá suficiente energía para realizar los auténticos objetivos. El miedo nos cortará las alas, ¿y cómo vivir aquí sin alas? No volaremos lo suficientemente alto, porque tendremos miedo de caernos. 

Otra cosa es que nos habituemos a la esencia de la muerte y dejemos de tenerle miedo, no sólo a ella, sino también a lo que quiera que sea; y es que, cuando no tenemos miedo a morir, ya sabemos que no debemos temer nada en absoluto. Entonces podemos elevarnos, junto con nuestros planes, por encima de la media. Sabemos con toda seguridad que los llevaremos a cabo. Lo haremos todo de manera fácil, ligera y agradable, siempre tendremos el tiempo y la energía suficientes. Lo que emprendamos irá como la seda.

Cuando la persona sabe lo que le espera después de morir, tiene menos miedo, ya que cuenta con una visión más completa de lo que entonces será de él. Por desgracia, la mayoría de los moribundos no se prepara para ese momento tan importante. Pensar sobre la muerte en vida parece demasiado terrorífico. Por lo general, lo posponemos hasta la vejez. A menudo somos entonces demasiado ancianos, o estamos tan enfermos y doloridos que nunca encontramos la fuerza suficiente para ello. Puede ocurrir que mucho antes de la muerte se nos administren anestésicos y ya no seamos conscientes de nosotros mismos. 

Hay que comenzar a prepararse para la muerte con tiempo, ya desde la más temprana juventud, para familiarizarse con ella. Sólo entonces podremos vivir nuestra vida completamente relajados y morir sin miedo. La vida no nos será entonces tan terrible, ni la muerte tan dura. No hay nada que ate al hombre que está preparado para morir en cualquier momento de su vida. Ello hace que puede vivir poco menos que eternamente, es decir, tanto tiempo como quiera. Si la persona tiene miedo a algo, entonces siempre atrae ese algo hacia sí. Si tiene tanto pánico a la muerte que evita incluso reflexionar sobre ella, entonces la muerte hará acto de presencia en el momento menos pensado; la persona se quedará completamente pasmada, sin saber qué es lo que le está sucediendo ni qué tiene que hacer en lo sucesivo.